martes, 20 de marzo de 2012

Nuestro principio de Incertidumbre

Se podría creer en las verdades absolutas. Se podría afirmar, categóricamente, que el celeste del cielo es el celeste de todos. Que el DO de tu piano es igual al DO de la guitarrra que toca Salinas. ¿Y como sé yo, entonces, cual es el DO que vos escuchás, y como sabés que es igual al que yo escucho? Grabaste una melodía que salió de tu alma, se plasmó en un microchip que viaja mágicamente a través de los parlantes de mi stéreo. Y la escucho y me alucina, y me llenó el alma. Pero...es lo mismo que vos trataste de transmitir? ¿Y qué pasaría si mientras estás tocando, en vez de estar solo, encerrado en el estudio, tenés a tus afectos a tu lado, haciendo que, de una u otra forma, se altere todo? Es la misma melodía. Las mismas notas. La misma canción. La misma pasión. ¿Es lo mismo?

Hace ya muchos años, un tal Heisenberg,( afirma la imposibilidad de reducir el error en la posición sin incrementar el error en el momento o, dicho de otra manera, es imposible no cambiar algo que observás, que estudiás, o con el que interactuás, por más que creas que no ineractuaste) nos dejó el "Principio de Incertidumbre", algo que unos añitos después le valió el nóbel de Física.

Estamos constantemente interactuando, y la menor observación de un fenómeno puede hacer que éste fenómeno cambie en algo respecto a su estado original. Heisenberg, en sus ensayos, postulaba que era imposible "ver" ciertas partículas sin influír en su estado natural. Por ejemplo, tomar un electrón, incidir una luz sobre él y observarlo. Pero, al incidir una luz, por más mínima que sea, se movería, y no estaría ya en la misma posición que queríamos observarlo en principio...

Volvemos a nuesta cotidianeidad. Si nos ponemos estrictos, nada tal vez sea igual a los ojos de cada uno. Tu celeste a lo mejor no es el mismo que mi celeste. Ni que el celeste en sí. El Do es DO acá, en la china, en singapur o en Tangamandapio. Y qué se yo si el cifrado del Do para vos es lo mismo que para mí?

Voy a éste punto. Interactuamos, y modificamos, sea para bien o para mal, cada cosa que observamos, escuchamos, admiramos, o simplemente contemplamos, por el solo hecho de estar. Si no querés que te modifiquen tu existencia, para bien o para mal, no ames, no sientas, no mires, no tengas amigos, no te abras, no NADA. Y vas a estar en un estado netamente puro, sin "contaminantes" ni "modificadores" de lo que querés.

Pero, sinceramente, tengo la sensación de que los afectos, las emociones, el dolor, el amor, la satisfacción, la ira, los temores, el desamor, los palos, las pasiones y hasta los errores...todo eso es lo que nos hace ser. Es necesario tener cierta incertidumbre. Tan necesario como no saber el futuro. Nada mejor que sorprenderme cada mañana con un nuevo día, y nada mejor que no tener ni la menor idea de lo que va a pasar. Genial.

1 comentario:

  1. Si supiéramos todo lo que va a ocurrir no existiría el futuro. Sin futuro no habría sorpresa, y sin sorpresa... ese DO, aquí, en la China, o en Marte, carecerían de absoluto sentido.
    Gracias Heisenberg.

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