lunes, 12 de agosto de 2013

Necesidad

Se caen las pestañas de tanto leer. Se busca la letra en medio de la música que no deja de sonarnos en la cabeza, en los sueños, en el laburo o en la mirada de alguien. Y en realidad no sabemos porqué. Ni nos importa. Es necesidad. Al más puro estilo de libertad para Papillón, al más puro estilo de desesperación para Neruda. Al mejor postor de un casino viviente que se nos asoma en cada mirada que, al fin y al cabo, sabemos que nos engaña. Pero necesitamos. Creer. Amar. Confiar. Putear. Vivir. Y sentirnos vivos. Y a algunos les dá por la lectura. Otros por la música. Otros por la fotografía. Otros viajan. Otros simplemente viven sistemáticamente cada día de la misma y metódica forma. De una u otra forma, necesitan, necesitamos necesitar algo. Amor. Dolor, Pasión. Esa puta pasión que nos hace perder la cabeza. Y a la vez encontrarla. Nada más hermoso que encontrarnos al perdernos. Y aunque encontremos lo que buscamos, lo que necesitamos, una vez que lo encontramos, volvemos a necesitar algo más. Y por ahí asusta esa sensación de insatisfacción perpetua. Quiero ese disco, lo escucho y me quedo esperando el próximo de esa banda. Conseguí ese super laburo, ahora quiero que, dentro de ese super laburo, me toque hacer lo que realmente me gusta. ¿Y está mal? No para mí. Creo que el día que no necesitamos nada, es porque estamos empezando a morir. Todavía no creo haber tocado la mejor canción de mi vida. No creo haber leído el mejor libro que exista. No me siento a esperar que la vida me traiga algo, como cuando en la playa dejamos que las olas nos traigan aunque sea el sonido del mar... Pero, podemos necesitar siempre algo. Podemos buscarlo toda la vida. Pero también necesitamos compartirlo. Porque si no lo compartimos, chau, se rompe el hechizo. Necesidad de necesitarte, de contarte, de contar con vos, seas quien seas. Buscar. Buscar. Buscar...