martes, 12 de julio de 2011

Córdoba

No soy de aquí, ni soy de allá...cantaba Cabral hace ya varios años. Y ese no ser de ningún lado y a la vez sentirse parte de todos los lugares donde pasamos me crea toda una cuestión de identificación errática. Porque, en el fondo, siempre anhelamos el lugar donde no estamos, por definición.
Y es que en Córdoba fui feliz. Terriblemente feliz. Salvajemente feliz. Y lo soy en San Juan. Pero vamos por parte...
Córdoba es una gran ciudad con un río a 10 minutos. Se mezcla la vorágine del reloj adelantado 10 minutos con el chiste fácil del tachero y las mujeres más lindas de la tierra. Y es un anecdotario permanente, porque alguien que vivió alguna vez en córdoba no puede no tener una anécdota para contar. Y más si te pasaste 10 años tocando en cuanto bar, fiesta o boliche que hubiese por ahí. Y si a eso le sumamos la facultad de medicina, los hospitales, el sanatorio y los amigos, chau, cartón lleno. Una vida en Córdoba. un mundo hecho a medida. Pero a veces los afectos tiran, y cómo tiran. Y volví. ¿Volví?
Y ahora resulta que por esas volteretas de la vida, me toca viajar seguido a Córdoba. Y vuelvo a encontrar los mismos lugares, otros no tan iguales. Y otros que ya no están. Lo que sigue estando es la ciudad, esa ciudad que me vió alegre, triste, desconsolado, eufórico, atormentado, pletórico...Y llegás y te sentís "en casa". Volviste. Y te metés a un bar, a lo mejor tenés la suerte de que en la radio pasen algún tema que te transporte y ¡Listo! Volviste. Y tenés los cospeles en el bolsillo, te subís al primer bondi, bajás en cañada, y te sentás al borde a nada, a ver pasar los autos, la gente, las "chichices", y no se te ocurre nada más que decir "la puta, como amo esta ciudad". Y es que vivir en un lugar te hace ser de allá o de acá. Y encontrás el amor, te dejás cuidar, te soltás y vivís. Y te vas, y cuando volvés, te das cuenta que ese se transformó en tu lugar.
La música, el arte, la gente, el campo, la idiosincracia, la ciencia. Todo en una. Y al mismo precio.
Jode estar lejos e instalado. Aunque pensándolo bien, nunca me terminé de ir.

1 comentario:

  1. "¿Cómo me van a decir que me fui del barrio? Pero ¿cuándo, cuándo, si todavía estoy llegando?"
    Nocturno a mi barrio , Aníbal Troilo

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